Papel washi. 和紙
El papel washi, conocido por su delicadeza y resistencia, es el resultado de siglos de tradición artesanal japonesa. Cada hoja es elaborada a mano con fibras naturales, creando una textura única que combina suavidad y robustez. Su ligereza etérea permite que la luz interactúe de manera especial con la superficie, acentuando los detalles más sutiles de cada impresión. Para mí, el washi no es solo un soporte; es un elemento vivo que dialoga con las imágenes, aportando calidez y profundidad a cada obra.
El proceso de creación del washi es en sí mismo un arte. Las fibras (Gampi, Kozo, Mitsumata) se cosechan, se hierven y se limpian meticulosamente a mano, eliminando cualquier impureza. Luego, se baten y se suspenden en agua mezclada con un mucílago natural, lo que permite que los artesanos formen cada hoja con precisión. Una vez moldeado, el papel se seca cuidadosamente al sol, preservando su textura y carácter únicos.
Elegir el papel washi para mis impresiones en platino y paladio no es casualidad, sino una declaración de amor por la calidad y la belleza atemporal. Su capacidad para absorber los químicos y realzar los tonos hace que cada pieza sea irrepetible, con una riqueza de matices y texturas que no pueden replicarse en ningún otro medio. Es el encuentro perfecto entre lo artesanal y lo contemporáneo, transformando cada fotografía en una obra de arte que trasciende el tiempo.




Platino y Paladio: La eternidad en cada impresión.
La técnica de impresión en platino y paladio es un proceso que trasciende lo técnico para convertirse en un ritual de creación. Estos metales preciosos, con su resistencia a la corrosión y su pureza inigualable, producen imágenes de una profundidad y riqueza tonal incomparables. Cada impresión se caracteriza por su suavidad, su gama de grises infinitos y una calidad táctil que invita a ser contemplada de cerca. Es un medio que no solo captura la imagen, sino también el alma de la luz que la crea.
El proceso es meticuloso y profundamente manual, honrando una tradición que data del siglo XIX. Cada hoja de papel es recubierta con una solución sensibilizadora de platino y paladio, mezclada a mano para cada impresión. La exposición se realiza bajo luz ultravioleta, utilizando negativos en contacto directo con el papel, lo que garantiza un control absoluto sobre cada detalle. El resultado es una impresión permanente, libre de agentes químicos que puedan desvanecerla con el tiempo, convirtiéndola en una obra que perdura más allá de generaciones.
Trabajar con esta técnica es para mí una declaración de intenciones: un compromiso con la belleza, la calidad y la trascendencia. Cada pieza es única, fruto de una interacción íntima entre el artista, los materiales y la luz, transformando la fotografía en un arte que desafía al tiempo.


El Proceso. Donde la Luz Encuentra la Materia.
El proceso de impresión en platino y paladio es un encuentro íntimo entre la luz, el papel y los metales preciosos. Cada obra comienza con el cuidadoso recubrimiento del papel, impregnado con soluciones de platino y paladio que esperan pacientemente la magia de la luz. Con un negativo en contacto directo, el papel se expone bajo rayos ultravioleta, dejando que la imagen cobre vida poco a poco, como un susurro que se hace visible.El momento del revelado es casi ceremonial: el papel se sumerge en un revelador que fija los metales preciosos y hace emerger la profundidad de la imagen, para luego ser lavado cuidadosamente en agua pura. Cada paso es hecho a mano, con atención amorosa a los detalles, lo que convierte cada pieza en algo único e irrepetible. El resultado es una imagen que trasciende el tiempo, con tonos suaves y una presencia táctil que invitan a conectar con ella de una manera íntima y duradera.


